ESTATUAS , ROTONDAS Y MACETAS.









































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GUIA DEL PATRIMONIO CULTURAL DE TELDE

SITUACIÓN Y LÍMITES.

El municipio de Telde, situado en la vertiente oriental de la isla de Gran Canaria, se extiende sobre una superficie aproximada de 100.2 Km². Forma una cuña triangular de base ancha, que coincide con la zona costera, que se va estrechando a medida que penetra desde la línea del litoral hasta la cumbre, alcanzando en apenas 15 km de recorrido cotas que sobrepasan los 1.200 m de altitud.
El caice del barranco de la Cruz-Las Goteras separa por el norte al término de Telde de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Brígida; por el sur y en su límite por Ingenio se encuentra el barranca del Draguillo-Aguatona; por el oeste linda con Valsequillo, y al este, con el mar. Esta demarcación territorial supone el 38,7% de la comarca este de Gran Canaria, integrada por los municipios de Telde, Valsequillo, Aguimes e Ingenio, que se ha eregido en los últimos años en uno de los sectores de la isla que ha conocido una mayor pujanza demográfica, urbana y económica.

TOPOGRAFÍA Y RELIEVE.

El relieve del espacio físico de la geografía insular corresponde al término de Telde ofrece un plano topográfico inclinado desde los sectores cumbreros hasta la costa, en el que sobresalen algunos accidenetes geográficos como los aparatos volcánicos que con sus emiciones lávicas y piroclásticas allanaron el relieve preexistente y ganaron terrenos al mar. Entre estos destacan la elevada Montaña de Las Palmas (558 m ) estructura eruptiva constituida por piroclastos de serie basáltica reciente II de Gran Canaria con afloramientos puntuales de colada de la misma antigüedad en su base , y la Montaña de Cuatro Puertas, de 320 m de altitud. La franja costera es bastante plan con relieves de escasa altitud (Lomo de los Melones, Lomo de Taliarte, Gando , etc).
Geológicamente , el territorio de Telde es una zona de suelo rejuvenecido por formaciones volcánicas recientes (cuaternarias), que tienen sus efectos positivos tanto desde el punto de vista agrícola como hidrológico. En el paisaje se singularizan dos sectores ( Jinamar y Lomo Magullo) de volcanismo subhistórico, con sus estructuras cónicas perfectamente reconocibles.

El conjunto eruptivo de Jinámar comprende seis aparatos. Montaña Pelada es el más antiguo y voluminosos de ellos. Los mas jóvenes son Montaña Rajada, Sima de Jinámar , Cuesta de la Gallinas, Montaña Gallego, y mas desplazada al noroeste, se encuentra Montaña de Jinámar, situada en el término de Las Palmas de Gran Canaria. Los dos cons más semejantaes son la sima de Jinámar y Montaña Cuesta de las Gallinas, conformadas por emplaster y escorias soldadas , que emitieron un pequeño volumen de materiales lávicos que se unieron y llegaron a cubrir el fondo del Valle de los Cascajos. Esta corriente ha desaparecido en su totalidad bajo las fincas y las construcciones. La sima de Jinámar se diferencia del resto de estructuras conservadas en la zona por presentar una chimenea abierta de más de 70 m de profundidad.
El campo de volcanes de Lomo Magullo, en las medianías del municipio, constituye una alimentación de pequeños edificios de diferentes edades. Es el principal conjunto eruptivo de la Isla y está compuesto por manifestaciones fisurales de la Serie II de Gran Canaria, seguidas tras un periodo de descanso eruptivo, por una reactivación del volcanismo de la Serie IV, que aprovecha en gran manera las grietas de la Serie II.
De hecho, muchos de los centros de emisión más recientes están adosados o superpuestos a los primitivos volcanes, ampliando y retocando las estructuras más viejas ( pleistocenas ) , que han adoptado formas redondeadas y superficies erosionadas ( Montaña Rosiana, Montaña del Gallego, etc) . Según el profesor e investigador Alex Hansen, los edificios más jóvenes y mejores conservados son de SE a NW: Montaña Melosal (571m), Montaña de Santidad (706m), Montaña de los Barros y los dos volcanes de los Hoyo o de la Hoya (409 m) que interrumpieron el cauce del barranco de Arenales. Estos volcanes son aparatos estrobolianos de poco volumen que arrojaron por sus cráteres o fisuras asociadas derrames lávicos de corto recorrido. El edificio de Santidad es el cono más sobresaliente de esta alineación eruptiva, pero una explotación minera enclavada en su flanco oriental ha mermado considerablemente su morfología en los últimos años.

RED HIDROGRAFÍA.

Estos materiales volcánicos están surcados por un conjunto de barrancos que forman una amplia red de drenaje que desgua por el este. De norte a sur, las principales cuencas hidrográficas son: la de Las Goteras-Jinámar, Real de Telde, Silva y el de El Draguillo-Aguatona.
La cuenca de las Goteras, recorrida por el Barranco de La Cruz, que es un tramo medio y bajo toma los nombres de Las Goteras y de Jinámar, representa el límite Natural de Telde con Las Palmas de Gran Canaria y Santa Brígida. En gran parte cultivada, esta cuenca hidrográfica ocupa unos 25 Km² y en ella se asienta poblaciones como el caserío de Jinámar ,Marzagán y otras agrupaciones humanas.
Sobresale especialmente la cuenca de Telde. Con una superficie de 75 Km², está cumpuesta por numerosos tributarios que alcanzan las estribaciones orientales de la cumbre grancanaria, a 1.780 m de altitud. El barranco principal de esta extensa red de drenajes es el Real de Telde. Con un cauce casi llano desde su desembocadura ( La Restinga) hasta el casco urbano de Telde, se bifurca en dos brazos separados, uno sube por la derecha hacia el valle de San Roque, que drena una cuenca secundaria larga y angosta que tiene su cabecera entre Lomo Correa y Montaña Troncón (Valsequillo), y el otro, por la izquierda, se adentra en el Valle de los Nueve y Tecén. A partir de este punto, el barranco toma el nombre del lugar que atraviesa y recibe numerosos triburtarios que recogen las aguas de un terreno accidentado y de elevada pendiente. El primer afluente que se le une por la derecha el el barranco del Tundidor, con cabecera en las altas tierras de Cazadores.

Hacia el interior, el barranco de Tecén se adentra en el Municipio de Valsequillo y pasa a denominarse San Miguel, principal colector de esta localidad que con diferentes afluentes en su recorrido hacia la cabecera alcanza puntos elevados en las crestas grancanarias.
El barranco de Silva, con cerca de 6 km de largo, se extiende desde la Caldereta, donde nace, hasta su desembocadura por la punta de La Hullera, ofreciendo un cauce de paredes escarpadas en gran parte de su recorrido.
Finalmente, como frotera natural de las demarcaciones de Telde e Ingenio, se halla el Barranco de El Draguilo-Aguatona, formado por dos largos colectores que han excavado sus cauces en una zona afectada por erupciones volcánicas reciente y que se unen a la altura de la antigua carretera del sur. Ambos nacen a mas de 1.000 m de altitud y desembocan, en la actualidad, al norte de la Península de Gando, en la playa de Ojos de Garza.

LITORAL.

El litoral de Tede, de más de 15 km de longitud, es de perfil recortado, con numerosos entrantes y salientes y algunos tramos de acantilado de escasa envergadura. En el paisaje costero sobresalen las puntas que , a modo de pequeños promontorios, se adentran en el mar. Al cobijo de estos salientes se emplazan numerosas playas o ensenadas de arenas finas negras (La Garita,Melenara, etc.) o coloraciones castañas ( Salinetas, Agridulce y Ojos de Garza) o de bloques de cantos (Silva , Malpaso, etc.) , que se localizan en las desembocaduras de los barrancos o en la base de los acantilados.

Entre Jinámar y Bocabarranco se encuentra un sector de costa baja recubierto por arena transportada por el mar y aportes aluviales de los dos barrancos que desaguan en la zona ( Las Goteras y Real de Telde). Desde la Restinga hasta La Garita, la costa ofrece formas más abruptas, con áreas de acantilados basálticos con desniveles de más de 20 m (Malpaso). En el extremo sur de la costa teldense se localizan las península de Tufia y Gando. La primera es un promontorio volcánico que da abrigo a las playas de Tufia y Aguadulce y alberga en su cima resto de un poblado restos de un poblado aborigen de gran interés arqueológico. El sustrato de materiales basálticos esta recubierto por depósitos arenosos de dunas fósiles, situados hoy a unos 20 m sobre el nivel del mar y en el que abunda la presencia de raros endemismos vegetales.
Casi en el límite con el municipio de Ingenio se halla la península de Gando, un montículo formado por coladas basálticas con dos puntos de emisión de piroclastos ubicados en la punta de Ámbar. La erosión marina ha recortado bastante el litoral de la zona dando lugar a estructuras interesantes como el Roque de Gando, un pequeño centro eruptivo cuaternario que ha sido desmantelados por los embates del mar.

CONDICIONES CLIMÁTICAS.

Las condiciones climáticas del minicipio vienen dadas por la influencia casi permanente de los vientos alisios, lo cual determina un clima caracterizado, sobre todo el sector situado por debajo de los 300 m de altitud, por la suavidad de las temperaturas, la fuerte insolación y la escasez de precipitaciones. Sin embargo, al abarcar la demarcación teldense otras áreas ( medianías y cumbres) es posible constatar ligeras diferencias de una zona a otra en función de la altitud y el relieve.
Las precipitaciones, escasas y de carácter torrencial, están por debajo de los 500 mm anuales, registrándose un leve incremento de la pluviosidad a medida que aumenta la altitud. Así, al nivel del mar ( Gando), las lluvias alcanzan una media de unos 130 mm anuales. En el caserío de Lomo Magullo , a 387 m de altura, las precipitaciones superan los 300 mm anuales y , por último, a 829 m de altitud, en la Breña, la pluviosidad anual rebasa los 400 mm . En general, los meses más lluviosos corresponden a noviembre y diciembre, siendo julio y agosto los más secos. Las temperaturas medias son siempre superiores a los 14º C e inferiores a los 24º C, siendo más frescas en las medianias y cumbres. En la zona de costa, la oscilacón térmica suele ser pequeña, pues el mar atenúa al valor de las temperaturas. Sin embargo, a medida que aumenta la temperatura se observa una mayor diferencia entre las temperaturas diurnas y nocturnas. Con respecto al reparto mensual de las temperaturas, en todas las zonas del municipio los meses más fríos son enero y febrero. Por el contrario, agosto es el período más cálido del año.
En cuanto al régimen de los vientos, hay un predominio de los alisios del noroeste que soplan durante casi todo el año, aunque su intensidad se hace notar más en la estación estival.

COBERTURA VEGETAL.

La acusada aridez y la fuerte insolación son factores ambientales que determinan la pobreza de las formaciones vegetales del municipio. Abundan las comunidades adaptadas a las condiciones climáticas que imperan en la zona, a pesar de que se puede distinguir hasta cuatro franjas con características propias.
En el piso costero predominan comunidades de plantas asentadas sobre materiales arenosos. Dentro de estos ambientes destaca la zona de Jinámar, fuertemente degradada y que es el habitat de un endemismo exclusivo de Gran Canaria, la lotus Kunkelli, en grave peligro de extinción.
En ámbitos de un alto nivel de explotación agrícola y urbana se encuentra la franja de palmerales, cordonales y tabaibales. Los antiguos palmerales ocupan los tramos medios y bajo de algunos barrancos de Telde. Existen igualmente agrupamientos o ejemplares aislados en todo el conjunto del municipio por debajo de la cota de 500 m de altitud.

Las áreas de vegetación relictual, que estuvieron más extendidas por estas franja, era los cardonales y los tabaibales. Hoy , se sitúan de manera esporádicas en arenas y lavas de algunas zonas volcánicas. Entre los mejores conservados destacan los que se encuentra en las mejores laderas de los barrancos de Silva de El Draguillo. Las manifestaciones más interesantes de tabaibales se hallan en Cuatro Puertas y barranco de El Draguillo.
Sobre la cota de 500 se extiende el municipio el piso vegetal de acebuche y retama blanca. El mejor conservado se encuentra en el barranco de los Cernícalos, encajado en el límite fronterizo de Telde y Valsequillo.
El sector cumbrero, muy alterado por el pastoreo y la agricultura, conserva algunas manifestaciones de retamares, con endemismos locales, como en el caso de la cresta de el gallo, de la cual se conoce una pequeña población en el Lomo de las Perdices (Cazadores).

POBLACIÓN:EVOLUCIÓN Y ESTRUCTURA DEMOGRÁFICA.

La relación entre el crecimiento poblacional y desarrollo agrícola ha marcado una buena parte de la historia del municipio, especialmente durante el régimen demográfico antiguo. En la etapa preestatística, en Telde tuvieron arraigo los cultivos de la caña de azúcar, viñedos, cereales y papas. En ellos se basó el auge demográfico y económico de la ciudad durante los siglos XVI, XUII y XVIII. La población de Telde, a mediados del quiniento, era de unos 1000 habitantes, según Lobo Cabrera. A fines del siglo XVII, los efectos demográficos del municipio alcanzaron los 2.300 habitantes. A lo largo de 1.700, la ciudad de Telde presenta una linea ascendente en su evolución poblacional, logrando en los últimos años de esta centuria los 7.500 habitantes, lo que supone una tasa de crecimiento anual de un 1.2%. Entre los factores que explican este elevado crecimiento demográfico cabe reseñar la gran difusión de los cultivos cerealísticos y de las papas tras la decadencia de los azucares y vinos. La consecuencia de este alza poblacional tuvieron sus efectos en la ocupación del territorio, iniciándose el poblamiento de Arauz, Ejido y otros sectores del barrio antiguo de Los Llanos (San Gregorio).

A finales del sigloXIX, la población de Telde no supera los 9.000 habitantes (8.978 en 1900), cifra ligeramente superior a la existente a principio de dicho período. En este débil crecimiento influyó decisivamente la crisis de la cochinilla y las repercusiones negativas de las epidemias y hambruras que se sucedieron a lo largo de este siglo, así como el aumento de la emigración en los momentos de crisis agrícola.
Sin embargo, la introducción a partir de 1885 de los cultivos de plátano y tomates en la comarca provoca una reactivación del crecimiento demográfico. Así , en 1910, la ciudad alcanzó los 14.553 habitantes, con un índice anual de crecimiento de 4.3% para el decenio 1900-1910, el más alto de la isla, debido a la instalación en el municipio de gran número de personas procedentes de otros sectores de Gran Canaria, atraídas por el desarrollo agrícola de la zona.
Entre 1910 y1950 , los conflictos bélicos internacionales y la Guerra Civil alteraron esta curva ascendente de la población local. Sin embargo, a partir de los años cincuenta se inicia la recuperación demográfica, incrementándose la población a un ritmo bastante rápido hasta lograr rebasarse los 30.000 habitantes a principios de la década de los años sesenta. Este crecimiento se fundamenta en la mejora de las relaciones comerciales con Europa que permite una intensificación de la producción agrícola. El resurgimiento del cultivo del plátano impulsa nuevamente una fuerte emigración hacia la Vega de Telde de personas de otras zonas de la isla.
Durante la década de los setenta continúa el aumento poblacional. En 1975 se llega a los 52.188 habitantes. Entre este año y 1981 se mantienen unos índices de crecimiento anual de un 2.5%. El desarrollo industrial y la instalación de grandes polígonos residenciales ( Las Remudas y Jinámar ), así como un salvo vegetativo positivo, dieron como resultado que la comarca de Telde continuara registrando en este período un crecimiento poblacional superior a los restantes núcleos de la isla de Gran Canaria. No obstante, en los últimos años se ha moderado la tasa de incremento demográfico. Así, en le cuaternario final del siglo XX, la población de la ciudad sólo creció un 1.9%.

Los últimos datos estadísticos sitúa el censo de Telde en 90.000 personas. Se trata de la mayor carga demográfica de toda la historia del municipio, que supera en algo más de 81.000 habitantes el número de efectivos que había en la localidad del comienzo del siglo XX, lo cual representa un crecimiento porcentual de un 900%. La centuria recién acabada supuso para Telde, en términos demográficos, una etapa de alza sostenido y rápido de la población, basado en un saldo positivo de su crecimiento vegetativo y del balance migratorio.
Este incremento demográfico ha traido consigo el nacimiento de nuevos asentamiento de la población y la expansión de los ya existentes. Hoy , los barrios ubicados en la franja costera del municipio despuntan como los núcleos que registran los mayores índices de crecimiento poblacional. El casco urbano ( San Juan y San Gregorio) y el Valle de Jinamar son las concentraciones humanas más importantes de Telde, con más de 17.000 habitantes censados en cada sector.
Paralelamente el aumento poblacional se ha incrementada la densidad. Hasta mediados del siglo XX, Telde presentaba una tasa baja, similar a la de los municipios agrícolas. Sin embargo, a partir de 1950, y sobre todo después de 1960, se inicia un proceso de concentración de población en el municipio como consecuencia de la diversificación de su economía. En 1981, la densidad de Telde alcanzó el valor de 629 habitantes por kilómetro cuadrado, que era ya el índice más alto de la isla después de la capital y superior a la densidad media en Canarias. Hoy, la densidad se aproxima a los 900 habitantes por km².
La estructura por edad de la población de Telde presenta una elevada proporción de jóvenes. Los datos del último Padrón de Habitantes (1996), publicados por el ISTAC, revelan que el 51.5% de los efectivos demográficos del municipio poseen menos de 30 años. Otro apunte significativo es que los teldenses que no ha cumplido los 15 años representa una cuarta parte de la población local. Sin embargo , el segmento de la población joven posee cada vez menos peso en la composición demográfica del municipio. En 1986, el grupo de los jóvenes suponía más del 60% del cómputo total de la población de Telde.
Este hecho tiene su reflejo en que la pirámide de la población local ofrezca una base cada vez más estrecha, mientras se ensanchan los tramos superiores correspondiente a los sectores de más edad. La disminución en el número de jóvenes se produce al mismo tiempo que aumentan los efectivos poblacionales de más de 60 años, que constituyen en la actualidad más del 12% de los habitantes del municipio, cuando hace 15 años era sólo del 8.5%.
El sector servicio era el predominante en el reparto de la población activa del municipio, compuesta por unas 30.000 personas. Mas del 80% de estos efectivos trabaja en actividades terciarias. En cambio , el retroceso progresivo de la agricultura local ha ido convirtiendo en casi testimonial el número de teldense que se dedican a labores agropecuarias. El sector primario da empleo en el municipio a menos del 10% de los activos. En las actividades secundarias (industria y construcción) trabajan unos 6.500 teldenses, según las últimas cifras oficiales.

DESARROLLO URBANO.

Situada a 13 km de la capital de la isla en dirección sur, la Ciudad de Telde ha tenido un desarrollo singular desde su fundación, en las postrimerías del siglo XV, hasta hoy. Diversos factores han incidido favorablemente en dicha expansión. Por un lado, su emplazamiento en una rica vega agrícola explica en parte su auge económico, que ha contribuido al crecimiento demográfico y, en consecuencia, a su expansión urbana.
Por otro lado, la ciudad de Telde tiene una posición ventajosa respecto a las vias de comunicación. A su núcleo llega toda una serie de vías que lo ponen en contacto con diferentes puntos de la isla. El acceso a la ciudad resulta fácil y es uno de los factores positivos que han influido en su desarrollo urbano. Entre las vías que desempeñaron un papel relevante en la expansión de la urbe hay que mencionar la antigua carretera del sur de Gran Canaria. A través de este camino se realizaban todos los intercambios comerciales entre las zonas norte y sur de la isla. Asimismo, esta vía ha tenido históricamente una destacada función urbana: a ambos lado de ella se ha producido un importante crecimiento urbano.
Tras la construcción de la autovía Las Palmas-sur, la citada carretera paso a tener un papel secundario debido a las mejores condiciones de la nueva infraestructura, que asimismo ha influido decisivamente en el crecimiento económico y demográfico del municipio al instalarse en sus márgenes varios polígonos industriales y asentamientos residenciales, primero , y grandes superficies comerciales, más recientemiente.
En cuanto a su origen histórico, Telde fue un destacado enclave de poblamiento prehispánico. Diseminados por toda su demarcación se encuentra numerosos testimonios de yacimientos arqueológicos que así lo ponen de manifiesto: Cendro, Tara , Cuatro Puertas, Silva, Baladero, Tufia , etc. Durante la ocupación castellana Gran Canaria, la feracidad de la vega teldense atrajo a los conquistadores que terminan instalándose en ella. De esta manera, se formo en el último tercio del siglo XV un pequeño asentamiento urbano, apiñado alrededor de la primera ermita de San Juan y conformado por nobles viviendas agrupadas y unidas por estrechas calles. El auge del cultivo de la caña de azúcar hace el núcleo fundacional de la ciudad conozca una primera etapa de esplendor durante buena parte del siglo XVI, que le permitió mantener intensas relaciones con el continente europeo.
La prosperidad económica se tradujo en un incremento poblacional y del perímetro urbano, con la expansión del núcleo original hacia el barrio de Santa María de Lantigua y Los Llanos de jaraquemada. Este último pasó a ser un lugar de residencia de la mano de obra esclava de los ingenios de azúcar que los nuevos colonizadores levantaron en tierras teldenses. La impronta morisca en la trama urbana del barrio es aún constatable en las calles de trazado irregular y anárquico y en los estrechos callejones que atraviesan y comunican las manzanas edificadas. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, el desarrollo urbano de Telde se concentra principalmente en la zona de San Gregorio.

A lo largo del siglo XX y , de manera especial a partir de los años cincuenta, la afluencia de los obreros a los cultivos de la zona, cada vez más importantes, provoca un déficit de viviendas que se traduce urbanísticamente en la proliferación de ensanches del casco urbano y de la ampliación de los caseríos del extrarradio, así como en el surgimiento de nuevos núcleos ante la necesidad de albergar ese gran contingente de población foránea. En el centro de la ciudad, a ambos lados de la carretera que une San Juan y San Gregorio, se lleva a cabo entonces la ramificación de los llanos con el inicio de nuevas urbanizaciones (Ascanio, Arnao, Santo Domingo , etc). Con el paso del tiempo se ha producido la ocupación casi total del espacio que pasó a tener la consideración de edificable.
En cambio, los barrios de San Juan y San Francisco no han sufrido modificaciones significativas en su estructura y morfología urbana, conservando un rico patrimonio arquitectónico y una trama original que supera los cinco siglos de existencia. En 1981 fueron declarados “Conjunto Histórico-Artístico” por constituir parte viva de la memoria histórica de la Ciudad de Telde y Gran Canaria. Actualmente, San Juan, antiguo centro administrativo, político y religioso de Telde, continúa concentrando las funciones estrictamente administrativas o directivas ( sede del Ayuntamiento, juzgados, etc. ) . En cambio, el barrio de San Gregorio se ha erigido en el centro comercial y financiero de la urbe.
Fuera de los límites del casco urbano, los principales asentamiento humanos se localizan en dos amplias zonas: la franja baja, que abarca desde el centro de la ciudad hasta la costa, y el espacio comprendido entre el núcleo capitalino y la cumbre, que incluye a los asentamientos radicados en los sectores de medianías y altos.

En la primera demarcación, las entidades de población se encuentra en torno a la autovía del sur y los caminos que desde el centro urbano se dirigen al litoral. En su origen, fueron barrios marginales, de crecimiento espontáneo al margen de cualquier planificación urbanística, situación que ha obligado en los últimos decenios a las autoridades locales a desplegar un gran esfuerzo de inversiones públicas para dotar de estos núcleos de la infraestructura y servicios básicos.
Los restantes enclaves de poblamientos del municipio se hallan diseminados entre el casco y los sectores cumbreros. En general, la dispersión es también la nota dominante en un paisaje en donde los asentamientos se apiñan alrededor de las vías de comunicación que recorren esta amplia zona del territorio teldense. Se trata mayoritariamente de poblamientos antiguos ( Valle de los Nueve , Lomo Magullo, Cazadores, etc.) , aunque en la periferia de la ciudad surgieron hacia varias décadas y también sin ningún control urbanístico núcleos que han adquirido cierta relevancia poblacional. Es el caso del Lomo del Cementerio, Lomo de la Herradura y San José de Las Longueras, entre otros.
El desarrollo urbano actual se orienta hacia la costa, actuando las zonas residenciales, antiguas y de nueva creación, los recientes enclaves comerciales e industriales y las vías de comunicación como focos de atracción. Desde 1986, año de aprobación del primer Plan General de Ordenación Urbana del municipio, después de varios intentos fallidos, el modelo de desarrollo territorial de Telde tiene a la potenciación de la ciudad central, la limitación del crecimiento de los núcleos periféricos, la recuperación de la costa y la redefinición del patrón de asentamiento de ella, la protección del conjunto del espacio no urbanizado y la concentración de las áreas industriales.

ECONOMÍA.

La agricultura ha sido actividad que históricamente ha tenido un papel preponderante en la economía local. La vega de Telde era una de las zonas más ricas y productivas de Gran Canaria tanto por la calidad de sus tierras tanto por la importancia de agua que disponían de sus heredamientos, pozos y galerías. Pero en la actualidad no tiene relevancia que alcanzó en el pasado. La pérdida de suelo agrícola ha sido tal que hoy a penas se cultivan 500 ha en todo el municipio, frente a la superficie de 3.754 ha que estaba de explotación hace menos de 20 años.
En el espacio agrícola teldense se distingue la presencia de dos sistemas de producción: una agricultura tradicional, de subsistencia o de consumo local, de estructura familiar, y una agricultura comercial, orientada a la explotación y organizada sobre la base de cultivos intensos de regadíos. Mientras que la primera se desarrolla aún en los sectores de medianías y cumbres, la segunda se extiende por la zona costera, en la que los cultivos en los invernaderos han ido restando espacio a otras instalaciones agrícolas.

La primacía de las tierras de regadío continúa siendo notoria. El mayor porcentaje de hectáreas se destina a tubérculos, hortalizas , frutales (naranja ) y flores. Los cultivos bajo plástico tienen una importancia creciente en la agricultura teldense, pues su extensión ha ido incrementando progresivamente, disputando los terrenos costeros a cultivos de regresión como el plátano. Las dificultades de comercialización y la escasez de agua han motivado que las fincas de plataneras, antaño elemento esencial del paisaje verde de la vega de Telde, haya descendido notablemente en el beneficio de los cultivos alternativos. La apertura de los años setenta de la autopista GC-1 reactivó la incipiente actividad industrial que había en el municipio al propiciar una fuerte concentración de aglomeraciones fabriles en los márgenes de este corredor costero, que atraviesa longitudinalmente este municipio de norte a sur. Se produce así, en poco tiempo, una transformación radical del paisaje de carácter agrario que imperaba en la zona, ocupada básicamente hasta entonces por extensas explotaciones dedicadas a cultivos de tomate. Los polígonos del Goro, Salinetas, Cinsa , las Rubiesas, Cruz de la Gallina, Maipéz y Lomo La Francia alberga en sus recintos mas amplia gama de actividades industriales( alimentación y bebidas, transformados metálicos, productos químicos, papel , madera, materiales de construcción , etc.). Un moderno enclave industrial se ha instalado recientemente en la parte baja del Valle de Jinámar.

Las potenciales económicas y estratégicas del territorio costero de Telde que surca la GC-1, la principal arteria de comunicación de Gran Canaria, convierte a este espacio del municipio en un emplazamiento especialmente atractivo para el asentamiento de nuevas actividades comerciales e industriales, que completarían las recientemente instaladas en el complejo del Parque Comercial de la Mareta y en sus inmediaciones. De hecho, el PGOU de Telde reserva en los márgenes de este eje viario una amplia dotación de suelo para la concentración de parques tecnológicos, empresariales, feriales, centros de negocios y directivos, áreas de ocio, etc.

LOS BARRANCOS.

La altura máxima del municipio se sitúa en las inmediaciones de la Caldera de los Marteles a 1582 m. Desde esta cota se han ido modelando los distintos barrancos y barranqueras que componen las cuencas hidrográficas de Telde. Señalaremos por su riqueza, agrícola y paisajística, la cuenca de Las Goteras, la del Barranco de Telde y El Draguillo. Estos cauces, además de ejercer de desagues, han motivado o servicio de vehículo de transporte de ingentes cantidades de aluviones que, al sedimentarse, han ocasionado fértiles valles como el de Jinámar, Casares o el Valle de los Nueve, vegas como la de Telde o llanuras como la de Gando. Son responsable igualmente de la formación de un tipo de relieve en su desembocadura y en ocasiones dan lugar a la formación de playas.

TELDE ABORIGEN.

La isla de Gran Canaria se mantuvo bajo un solo gobierno durante siglos. Administrativamente estaba dividida en doce cantones. Parece ser que fue en el siglo XII o principios del XIII cuando tuvo lugar la fragmentación en dos recintos distintos, es de Gáldar y el de Telde. Con esta división se encontraron las primeras expediciones medievales que arribaron a las Islas.
Así pues la demarcación del reino o guanartemato de Telde no coincide, en absoluto, con la actual jurisdicción municipal. Comprendía seis de los doce cantones reseñados y la línea divisoria partía hacia el sur desde Las Puntillas en un reparto casi equitativo del territorio canario.
El topónimo Telde es anterior a la conquista, si bien el vocablo evoluciona a partir del primitivo nombre de Telde. El manuscrito del portugués Valentín Fernández, los cronistas Abreu Galindo, Marín y Cubas, Juan del Río Ayala y en general todos los historiadores que hacen referencia al tema, coinciden en que los primitivos canarios llamaban Telde a la parte más oriental de la isla.
Los investigadores del lenguaje asocian Telde a la significación de higo, en consonancia con las crónicas que describen al guanartemato como lugar de frondosas higueras. Historiadores y lingüísticas coinciden en el origen bereber del nombre de Telde, muy frecuentemente en el norte de África para nombrar poblaciones, lugares o explotaciones agrícolas.

ASENTAMIENTOS.

En lo que hoy es el municipio de Telde se asentaba buena parte de la población aborigen del guanartemato, si bien había otros núcleos de densidad importante localizados, sobre todo, en Guayadeque y Tirajana. De este potencial humano nos hablan todas las crónicas y testimonios de aquellos, que directa o a través de referencias, tuvieron relación con el mundo aborigen. La Carta Arqueológica del municipio de Telde constaba esta realidad poblacional y clasifica los yacimientos catalogados en seis Zonas:

-SECTOR COSTA: Se fijan hasta once estaciones arqueológicas. Todas ellas muy afectadas por la presión humana.
Los yacimientos de la Restinga y Bocabarranco, registrados por Jiménez Sánchez incluían dos Tagoror, dos necrópolis y once casas de piedra, hoy en un estado de deterioro irreversible.
El poblado de Tufia, que es el asentamiento costero más completo, por la protección de que goza, es de suponer de que algún día se acometa su recuperación. Incluye cuatro yacimientos en grado de conservación desigual. Túmulos, casas de piedra, estructura sin catalogar y un poblado troglodita, constituye lo más destacado de este asentamiento, en el que según el historiador local, Marín y Cubas, tenía su residencia el guaire Maninidra.

-SECTOR JINÁMAR: Se catalogan cuatro yacimientos de los que apenas existe documentación, tan sólo vagas referencias históricas. Están enclavados en el campo de volcanes de Jinámar, sobre coladas y malpaises.

-SECTOR TELDE: Se registran catorce yacimientos de gran importancia, alguno de ellos con abundantes y precisas referencias. Por ser cabeza de guanartemato y por la nutrida presencia de restos arqueológicos que continuamente se ponen al descubierto, es de suponer que la ciudad entera se asienta sobre estructuras de poblamiento aborigen.
Especial mención merecen, el yacimiento del Cendro y el de Tara. Cendro está sometido, en la zona de El Porticuelo, a catas y estudios arqueológicos, precisamente aquí tenía su residencia el guanarteme de Telde. En las cercanías se alza el poblado de Tara, de considerables dimensiones, al igual que el anterior, estaba constituido por cuevas excavadas en la toba y gran número de casas de piedra. En Tara se localiza la cueva del faisán Guanariragua.

-SECTOR BARRANCO DE SILVA: Comprende un total de catorce yacimientos catalogados. A la protección de que ya gozaba el complejo de Cuatro Puertas, hay que añadir la otorgada recientemente a la estación de Jerez-Cuevas de Malasio.
El conjunto cultural de Jerez, integrado por cuevas, un almogarén y una necrópolis y, al menos, una muestra de grabados líticos, tienen una gran importancia para los expertos y se espera que aporte una gran contribución al conocimiento del mundo aborigen.
Cuatro Puertas constituye, sin duda, el yacimiento más conocido y el lugar más emblemático del patrimonio arqueológico de Telde.
Situado en Montaña Bermeja, se abre al norte, desde una explanada artificial, las cuatro entradas a una gran cueva artificial que dan nombre al yacimiento. La estancia de dieciséis metros de largo, seis ancho y dos de alto, una pequeña cavidad excavada en su extremo izquierdo. En la parte más alta de la montaña se sitúa el famoso almogarén de Cuatro Puertas, que pudo estar parcialmente cubierto y que como tantos otros mantiene en secreto la certeza de su uso. En la vertiente sur de la montaña, sobre el barranco de Mujamas, podemos ver la gran cueva de Los Pilares de Hernández Benítez asocia a residencia de veranos de los guanartemes, la cueva de Los Papeles, de planta circular y con canales y cazoletas excavadas en el suelo, y otras aparentemente de menor significación. Parece ser que todas estas estructuras estuvieron comunicadas por túneles y escaleras. Se hallaban fortificadas con una doble muralla de varios metros de altura, de la que todavía se aprecian vestigios.
A escasa distancia se localiza un granero, también fortificado, que se conoce como Cuevas de la Audiencia. Lo forman diez silos, una gran sala de diez metros cuadrados y una galería de nueve metros con dos lucernarios abiertos al sur. Los silos propiamente dichos presentan señales que indican su cierre o sellado.
Este gran complejo arqueológico de Cuatro Puertas ha sido estudiado, entre otros, por Berthelot, Chil y Naranjo, Millares, Vernau, Jiménez Sanchez y Hernández Benitez. Aunque todos apuntan a que este era uno de los santuarios sagrados de los aborígenes, e incluso se llega a señalar la gran cueva de Cuatro Puertas como Sala de la Harimaguadas, parece hoy descartada tal atribución. Lo que resulta indudable es el carácter de culto y nobleza que tienen los yacimientos.

-SECTOR BARRANCO DEL DRAGUILLO:_Reúne a cuatro conjuntos de gran valor arqueológico. Todos ellos se catalogan como Espacios de Protección Cultural en el Plan General de Ordenación Urbana de Telde, aunque como se anota en el documento de la Carta Arqueológica, están sometidos a una sobre utilización como rediles de ganado que alteran considerablemente su estado original.
El comisario arqueológico Jiménez Sánchez cataloga estos yacimientos bajo el título de “Cuevas, viviendas y aguadores del Draguillo” y efectivamente, en ambos márgenes del barranco, así como en las cercanas montañas de Juan Tello y del Risco se localizan diferentes residencia trogloditas, graneros y cuevas funerarias. Hasta la fecha , esta zona no cuenta con ningún estudio detallado.

-SECTOR DE MEDIANÍAS Y CUMBRES: Agrupa diez yacimientos, en general de menor envergadura, que indican una menor densidad de población. Se localizan básicamente en la cuenca media y alta del barranco de Telde y sus afluentes. A pesar de su menor potencial arqueológico, pueden aportar datos fidedignos de carácter etnográfico, dada la pervivencia en mayor pureza, de tradiciones y núcleos poblacionales, presumiblemente asentados sobre residencias aborígenes, como es el caso de Lomo Magullo.
De todo lo anterior, no sólo podemos colegir la alta densidad de población, sino también de carácter social de estas poblaciones y su más carácter equipamiento comunitario: galerías, corredores y escaleras, calles, lugares de gobierno y reunión, construcciones defensivas, adoratorios, almacenes de excedentes de grano… En fin, una organización urbanística y unas medidas que son precisamente las que posibilitan la vida en comunidad.
Atendiendo a la especial concentración de yacimientos en estas zonas, puede pensarse que fijaban, con preferencia, sus asentamientos en el litoral y en los márgenes de los barrancos. Criterio este utilizado por la mayor parte de las civilizaciones.
LA VIVIENDA.

La vivienda es un elemento esencial para la existencia humana. Desde la más remota antigüedad y en todas las civilizaciones, el hombre se ha preocupado, con especial dedicación, en preocuparse en habitat más o menos estable, lo más cómodo posible y a poder ser que la proteja por completo de las incidencias del tiempo y los ataques de posibles enemigos.
La vivienda de los aborígenes de Telde la podemos catalogar en tres grandes grupos:

-CUEVAS NATURALES: El hombre aprovecha oquedades naturales y las acondiciona para su uso. Generalmente se aprecian cerramientos parciales de la entrada, uniformidad del piso, excavación de repisas, etc. Este tipo de habitat lo encontraremos en Lomo Magullo, El Draguillo, Silva… y en general en la mayor parte de los asentamientos trogloditas que posteriormente van ampliándose artificialmente.

-CUEVAS EXCAVADAS: En el territorio municipal, constituyen un habitat abundantísimo. El gran número de laderas y paredes de toba volcánica, material que se presta a ser labrado con relativa facilidad, hizo que los primitivos teldenses buscaran estos lugares para construir sus poblados. Malpaso, Tufia, Tara , Cendro, Cuatro Puertas, sectores del Draguillo… son algunos ejemplos notables.
Tanto la cueva natural como la excavada se asocian a formas de vida del hombre de Cromagnón que, como se ha dicho, compone la base racial de los naturales de toda las Islas Canarias.

-LA CASA: La construcción de casas conlleva un mayor ejercicio técnico. No se trata de trabajar un único elemento técnico, sino de combinar varios para conseguir una estructura preestablecida.
En los asentamientos aborígenes del municipio de Tëlde son muy frecuentes: Los poblados de Túfia, La Restinga, Bocabarranco, Cendro… son claros exponentes de este tipo de construcciones.
A modo de descripción general señalaremos que se trata de una estructuras exteriormente ovaladas y que en su interior liberan espacios cruciformes o rectangulares. Las paredes son bajas pero al estar el interior hundido en el suelo ganan en consideración en altura. Los techos son de madera, ramas y piedras, a modo de hornos. Por lo general las casas eran elementos de una urbanización mayor y se disponían a lo largo de estrechas callejuelas.
Este tipo de habitat se asocia más a hombres de raza mediterranoide. El cronista que con mayor detenimiento describe estas construcciones, quizas por su condición de ingeniero, es Leonardo Torriani. En la cita que reproducimos explica la forma en la que debieron construir las impresionantes cuevas que todavía se mantienen en Tara (Cueva del Faisán, cueva de los Guayres), en Tufia, Cendro o Cuatro Puertas.
“…primeramente escogían la ladera de alguna pendiente, para que, al socavar en dirección horizontal, tuviese sitio para ir a lo alto… hacían una gran entrada que servían de pórtico… encima de la puerta abrían una pequeña ventana, por la cual entraba luz por todas las habitaciones de la casa. Después a una altura de diez o doce pies frente a la puerta cavaban una sala larga… en medio de cada pared cavaban después una puerta y de allí dentro labraban cuartos grandes y pequeños… al llegar encima del pórtico, a la altura de la sala hacían otra ventana, por la que recibían todas las habitaciones segunda y tercera luz. Después hacían, tanto alrededor de la sala como demás habitaciones, muchos nichos, a poca altura del piso, para sentarse y colocar en ellas algunas cosas manuales…”
Naturalmente en todas las cuevas disponían de esta complejidad. La toba , antes de oxidarse, ofrece fuerte resistencia y las herramientas, al no disponerse de metales, son muy primitivas. Debieron emplearse años y un trabajo ingente para construir estos grandes habitáculos.
La vivienda, según la posición social de la familia, disponía de un mayor o menor riqueza en su mobiliario. Generalmente se componía de grandes lajas que hacían funciones de mesa y asientos, abundancia de pieles que cubrían los lechos, biombos de caña, esteras de palma y junco… y un amplio número de objetos que pueden considerarse más como propios del ajuar doméstico que del mobiliario.

ENTERRAMIENTOS.

Los primitivos pobladores de todas las Islas y de Gran Canaria en particular, rindieron un especial culto a los muertos. Acondicionaban el cuerpo del difunto, el lecho y el lugar de enterramiento con sumo cuidado y dedicación, dotándolo casi siempre de algún tipo de ajuar.
En Telde son muy frecuentes los dos tipos de enterramiento que se practicaban en la Isla : Sepulturas en cuevas y en túmulos.

-SEPULTURAS EN CUEVAS: Pueden ser oquedades naturales o excavadas artificialmente para acoger el enterramiento. Las cuevas sepulcrales suelen ubicarse en lugares de difícil acceso y por lo general se hallan asociadas a otros enterramientos similares.
La cueva, ya fuera natural o artificial, se acondicionaba previamente, de forma que el cadáver no entrase en contacto con la tierra. Para ello preparaban un enlosetado de lajas, madera y tomillos u otras hierbas aromáticas.
En ocasiones una sola cueva se convierte en necrópolis al acoger múltiples enterramientos. En el archivo de la inquisición puede leerse:
“…dixo este testigo que vido en un campo que se dice Tesen, una lengua de Telde… en una cueva a donde se le pareció que era canario muerto y que tenía de baxo una estera y otra encima y que le pareció como que tenía tamargo…”.
“…estaba nuestro sepulcro abierto en medio del malpaís o escorias volcánicas; la cámara sepulcral medía 2.30 m de diámetro por 1.80m de altura; dentro aparecían dos cadáveres en posición decúbito supino que apoyaban sus cabezas sobre unos pequeños cantos tallados a manera de almohada y ahondados en su centro y un hogar con cenizas con un gánigo encima; se comunicaba al exterior por un corredor o galería de ocho metros…”. Sin duda una forma de enterramiento singular en la histografía funeraria de los aborígenes.

-SEPULTURAS EN TÚMULOS: Se localizan fundamentalmente en las zonas costeras y , a modo de cementerios, limitan con los poblados.
La estructura del túmulo tiene dos partes bien diferenciadas: la cista o fosa cavada en el suelo y recubierta con cuatro paredes de piedra, y la cubierta de grandes lajas rematadas por amontonamientos de piedras. En el exterior y rodeando en enterramiento, un círculo de piedras con evidentes funciones delimitatorias.
Los túmulos también pueden formar necrópolis colectivas, al irse asociando en círculo, diferentes enterramientos, llegando incluso a formar complicadas estructuras.
Aunque existen varias necrópolis de este tipo en el municipio, la mejor conservada se sitúa en el poblado de Tufia. La zona conocida como el Goro, pudo ser un extenso lugar de enterramiento de esta tipología y no solo como recoge Hernández Benítez de Marín y Cubas un lugar de castigo y “cárcel perpetua” para mujeres adulteras.

UTENSILIOS.

La enorme variedad de utensilios encontrados, así como la versatilidad y uso, nos inclinan a abordar este asunto desde una sencilla clasificación, atendiendo a los elementos utilizados para su elaboración:

-UTENSILIOS DE PIEDRA: La piedra es el único elemento realmente duro que ofrece en las Islas la naturaleza, ya que como se sabe no hay metales. Los aborígenes utilizaron profusamente este elemento en la fabricación de muchos útiles para su vida cotidiana: Molinos circulares y morteros, cuchillos, hachas , percutores, pulidores…
Estos utensilios para herir, cortar, trabajar la piel o la misma piedra, machacar los cereales…

-UTENSILIOS DE CUERNO Y HUESO: La madera, extraordinariamente trabajada, fue un elemento muy utilizado por los primitivos pobladores. Desde su uso en el mobiliario doméstico hasta la fabricación de ataúdes, las diferentes y ricas maderas que se encontraban en Gran Canaria fueron intensamente utilizadas.
La tea, el acebuche y el drago sirvieron a los aborígenes canarios para la fabricación de arados, recipientes, pequeños útiles, cayados, bastones de mando, lanzas o garrotes, rodelas defensivas…

-UTENSILIOS DE BARRO: Con el descubrimiento del modelado del barro y su posterior conocimiento, en la prehistoria de la humanidad, se cubren la mayor parte de las necesidades del hombre tiene de utensilios y recipientes de fácil construcción y gran durabilidad.
La cerámica se convierte pronto en la principal manifestación artística de uso cotidiano. El aborigen isleño y el nativo de Telde en particular, no van a ser ninguna excepción en esta manifestaciones comunes a toda la humanidad. La terracota fue utilizada básicamente con tres finalidades.
b) Fabricación de vasijas. En ninguna de las islas se conocía el torno, por lo que cada pieza era realizada en su integridad a mano. Es de suponer, como nos apunta Torriani, que la cerámica, así como otros trabajos tuviera un cierto grado de especialización.
“los canarios tenían entre ellos oficiales para hacer casas, carpinteros, sogueros, que trabajaban las hierbas y hojas de palma…”
Sólo así se puede entender la perfección, el grado de acabado y diseño que se consiguió en Gran Canaria:
La variedad de piezas encontradas en Telde es importante y debió cubrir infinidad de usos domésticos. Presenta , como indica Hernández Benítez varios estadios de evolución o al menos de calidades o formas de hacer. Una muy rudimentaria, mal cocida y de baja calidad de la arcilla y de otro tipo, bien cocida, realizada con buenos materiales y bien decorada.
La forma de elaboración debió ir evolucionando desde la simple colocación sobre el fuego, con lo que el endurecimiento no era uniforme, hasta un procedimiento más riguroso que consistía en hacer un hoyo, colocar las piezas, cubrir ligeramente y colocar encima un gran fuego y a decir del historiador Marín y Cubas “salían buenas”.
b) Pintaderas. Aunque no es el elemento exclusivo de los aborígenes canarios, ya que ha sido utilizado por civilizaciones neolíticas desde los Balcanes hasta América Central, si podemos concluir que las pintaderas son instrumentos emblemáticos de la civilización canaria prehispánica.
Son piezas, a modo de sellos, de pocos centímetros de superficie y generalmente triangulares o circulares aunque también hayan aparecido pintaderas cuadrangulares.
Lo habitual es que estén hechas de cerámica, si bien también se han encontrado numerosas muestras en madera. Algunas disponen incluso de agarradera para su estampación.
El diseño gráfico de la parte plana de la pintadera es, invariablemente, de figuración geométrica: triangulados, cuadrados, bandas de incisiones, círculos concéntricos….
La funcionalidad de estos sellos ha provocado entre los expertos largas discusiones. Lo razonable es que fuesen utilizadas como signo de decoración corporal.
c)Idolos. La utilización de una primitiva escultura figurativa nos es desconocida, aunque todos los investigadores coinciden en que por encima del simple valor estético, debieron tener un valor ritual como figuras de admiración o de culto.
Se trata de pequeñas figuras femeninas, bisexuadas o zoomorfas realizadas generalmente en barro cocido, aunque también se han encontrado en piedra, hueso y madera.
Esta muestras arqueológicas se encuentran sobre todo en Gran Canaria, la más conocida es la llamada el ídolo de Tara. Se trata de una figura de terracota, de la que parece desprenderse un canto a la fertilidad a través de una figura en la que aparecen distorsionados los atributos femeninos.
Esto ídolos del arte canario vuelven a poner de manifiesto las indudables relaciones entre la población aborigen y las culturas mediterráneas.

-UTENSILIOS DE SOGA, PALMA Y JUNCO. Ya se ha indicado, en el apartado referente a los vestidos, la utilización de los juncos machacados, las hojas de palma y las cuerdas de fibras vegetales. Sin embargo su utilización trascendía a las propias funciones del vestuario.
Casi todos los escritos, que hacen referencia a la civilización aborigen, inciden en la destreza que tenían los naturales en estas labores y en la variedad de los trabajos de cestrería. Entre los utensilios más comunes realizados en estos elementos señalaremos: Biombos, esteras, especie de redes para cercar y acosar a los peces, recipientes, sogas, cestos, espuertas…
Estos trabajos de cestería eran utilizados comúnmente para contener y guardar frutos secos o pasados y , sobre todo, para conservar los preciados granos de cereal en los silos.

LA CARTA ARQUEOLÓGICA DE TELDE.

La realización de la Carta Arqueológica de T.M. de Telde supone la culminación de una tarea específica que permite añadir un eslabón clave en la tarea de realizar un inventario de los yacimientos arqueológicos y sitios de interés etnográficos existentes en el ámbito del Archipiélago Canario. Es esta una labor calificada de urgente necesidad por el “Informe de los Berrazales”, documento que ha sido avalado desde el momento de su elaboración por los distintos grupos de gobierno que ha conocido la administración autonómica.
Sin su catálogo o inventario, difícilmente se puede llevar adelante una labor de protección, conservación y control de los conjuntos y yacimientos arqueológicos existentes en cada uno de los municipios. Esta angustiosa carencia de nuestro Patrimonio Cultural es una premisa ineludible para elaborar una adecuada política de protección para el Patrimonio. En gran parte, este déficit explica porque los intentos emprendidos para las administraciones públicas encaminadas a controlar el conjunto de bienes muebles e inmuebles de las Islas ha fracasado estrepitosamente.
Consideramos que la elaboración del presente Documento ha supuesto el inicio de una línea de actuación básica y fundamental. Hasta la fecha disponíamos de un cúmulo de noticias y referencias dispersas aparecidas en publicaciones de todo tipo y distintas fuentes manuscritas. Además, se contaba con una ingente cantidad de restos arqueológicos depositados en los fondos del Museo Canario. Igualmente, se sabía de la existencia y exacta ubicación, en algunos casos, de un número determinado de vestigios arqueológicos, pero de los que no se habían establecido sus límites, ni se habían elaborado diagnósticos estrictos sobre su estado de conservación, causas del deterioro, etc.
Por otra parte, la apertura de un catálogo de bienes arqueológicos o Carta Arqueológica, que se inicia en el T. M. De Telde, permite solventar, parcialmente, un aspecto primordial para nuestro futuro cultural como es la inventariación de los bienes culturales de la sociedad canaria.
Este documento que ahora aportamos pretende corregir ciertas dificultades y carencia que hasta ahora han estado presentes en la gestión Patrimonio Arqueológico. Se trata de un documento operativo que recoge una serie de datos que consideramos pertinentes para empezar a interpretar, con sistemas modernos o científicos, la problemática de nuestro patrimonio arqueológico.
Además, este documento, entendido como una obra abierta, como un documento que recibirá las aportaciones que los estudios arqueológicos y prehistóricos desarrollen en el futuro, persigue tres objetivos:
En primer lugar, se pretende contabilizar y catalogar todos los restos arqueológicos, muebles e inmuebles, localizados en el ámbito del Término Municipal, para los que, en los casos que se requiera, se deben iniciar las incoaciones de los expedientes como Bienes de Interés Cultural (Zonas Arqueológicas), según se desprende de la Ley de Patrimonio Histórico-Artístico 16/85.
En este sentido hay que considerar que el Plan General de Ordenación Urbana de Telde protege a la mayor parte de los yacimiento arqueológicos desde una perspectiva urbanística, si bien no marca las pautas de gestión necesarias para acometer con mayor viabilidad la protección de los conjuntos arqueológicos.
En segundo lugar, contar con una base de datos, relacionada con al arqueología y Prehistoria del Archipiélago Canario, inaugurada por el Servicio de Arqueología del Museo Canario, que servirá de sustento a la realización de las Cartas Arqueológicas y, principalmente, incorporando las posibles addendas que se puedan producir, apoyará como fuente de información a solventar las necesidades de las Oficinas Técnicas Municipales precisen.
En tercer lugar, este documento permitirá una mayor coordinación entre el proceso de ordenación territorial y las necesidades de protección y gestión de los bienes culturales signados. Es de gran importancia para el Planeamiento Insular y, parcialmente, para el Municipal contar con un catálogo de los bienes inmuebles del valor científico y cultural, de manera que desaparezcan definitivamente las ambigüedades protectivas a la hora de revisar o modificar, total o puntualmente, el instrumento de planeamiento municipal.
II Carta Arqueológica del T. M. De Telde: los asentamientos en el ámbito del T.M.
Como sabemos en el T. M. De Telde se localizan importantes y numerosos vestigios procedentes de la antigua sociedad canaria que poblaba la isla anteriormente en el siglo XV.
De la población que habitaba en este sector de la Isla dan numerosas noticias las”Crónicas de la Conquista”, y la historiografía canaria en general. En el antiguo Telde tenían sus principales núcleos en las inmediaciones del actual casco de la ciudad. Sobre estas poblaciones (Tara, Cendro,...) se situaba la cabecera del guanartemato de su mismo nombre.
La huella de la sociedad canaria aborigen tiene una gran presencia del ámbito arqueológico insular. Es común detectar numerosos ambientes inmuebles procedentes de los antiguos canarios que en numerosas ocasiones han sido reacondicionados y reutilizados por los habitantes de la Isla a lo largo de los últimos siglos.
La abundancia de restos arqueológicos en Telde, es detectada en todo el ámbito municipal, tanto en la zona costera, como en las medianías y en las cumbres, si bien se constata que el mayor grado de concentración de tales vestigios se localizan en la zona costera y en el sector de medianías bajas, destacando principalmente los conjuntos arqueológicos situados en las inmediaciones o sobre el casco urbano de Telde, que fueron mencionados a finales del siglo XVI por el Leonardo Torriani.
Para una mejor compresión de la Carta Arqueológica hemos establecido varios sectores arqueológicos que a continuación se describen:
1)Costa.
En la zona costera hemos detectado varias estaciones arqueológicas en las que predominan las estructuras de piedra seca(túmulos, casa de piedra, tagoror, etc.) aunque también aparecen yacimientos en cuevas, alguna de ellas incluso con restos de arte parietal.
La abundancia de restos en el área costera, permiten la identificación del Sector Costa, que abarca la zona comprendida entre la desembocadura del Barranco Real de Telde, en el lugar conocido como Bocabarranco, hasta la punta de Gando, donde se encuentran numerosos conjuntos y yacimientos arqueológicos (La Restinga, Cuevas de Malpaso, La Mareta, Taliarte, Tufia, Gando).
A juzgar por los restos localizados, la Costa de lo que es Telde actual tuvo que estar bastante habitada, como así lo demuestran las ruinas que todavía se conservan en este sector.
Las causas del deterioro de estos asentamientos habría que buscarlas en las obras que se efectuaron para la puesta en explotación de grandes extensiones, de terrenos con fines agrícolas. Posteriormente, desde hace poco más de dos décadas, se han realizado numerosas edificaciones recreativas, muchas de ellas clandestinas e ilegales, que han producido un deterioro irreversibles en buen número de asentamientos de los antiguos canarios ( La Restinga, Tufia,etc. ).

2)Jinámar.
En la vertiente este de Gran Canaria, dentro de la franja de debilidad volcánica norte-sur, ocupando la comarca comprendida entre La Angostura y el Valle de Jinámar, se extiende el más conocido campo de volcanes de la isla, constituido por volcanes de Tafira, Bandama y Jinamar.
Una sucesión de conos volcánicos, distribuidos a lo largo de dos líneas NW-SE, han surgido en este sector apoyándose y cubriendo en su mayor parte la antigüedad red hidráulica que venía formándose desde el Piloceno y las tomas divisorias de los barrancos que la conformaban. En el sector de Jinámar aparecen también intercalados entre los aluviones coladas basálticas del período de emisión Roque Nublo.
El extremo sureste de esta alineación lo constituyen los volcanes del sector de Jinámar, que en buena parte subyacen bajo los materiales de erupciones recientes. El más notable de ellos de la Montaña Pelada. Al norte del mismo, en la vertiente izquierda del Barranco de las Goteras, permanecen aún los pies de restos de otro cono volcánico, la Montaña Quemada, el cual ha sido literalmente barrido por la acción erosiva de las aguas de este cauce.
Adosado por la vertiente este de Montaña Pelada, situado por el Lomo del Viento, se encuentra un importante depósito piroclástico, que puede responder a la existencia de otro edificio volcánico, cuya identificación y morfología no es posible reconocer dado el avanzado estado de desmonte.
Esta unidad natural que constituye el campo de volcanes de Jinámar presenta, asimismo, un gran interés arqueológico e histórico que por las referencias que sobre el mismo se tienen, fundamentalmente enclavados estos asentamientos aborígenes en las coladas o malpaises del Cascajo de Jinámar, Cruz de la Gallina y la Montaña Quemada.
3) Casco Urbano de Telde.
El casco antiguo de la ciudad de Telde se asienta, probablemente , en el mismo terreno dónde los indígenas canarios tenían un gran poblado, asiento asimismo de unos guanartematos. Por la “Crónicas de la Conquista” y diversos historiadores canarios, entre ellos Torriani, Marín de Cubas y las crónicas francesas de la conquista. Le Canarien, conocemos tales noticias.


En este sentido se han producido hallazgos, documentados en las últimas décadas en el barrio de San Francisco, El Roque , San Sebastián, Arnao...Igualmente se han encontrado numerosos vestigios de barrios y sitios de la ciudad, como en los casos de Tara, Cendro, Los Caserones, Los Goretes y el Hoyo.
Por otra parte, las excavaciones arqueológicas que actualmente se realizan en Cendro y los hallazgos producidos, casualmente en los años cuarenta y cincuenta en las fincas de Arnao, El Roque, etc., demuestran que bajo los terrenos agrícolas y urbanos, se encuentran restos de numerosas casas de piedras o cuevas, las cuales fueron en su mayor parte arrasadas o enterradas a lo largo de los siglos.
Estas evidencias observadas ampliamente por todo el casco de la ciudad y en su periferia inmediata permite asegurar que estas se encuentra construida sobre el poblado aborigen de Telde. De ahí que la precisión en la ubicación de los yacimientos en este sector se hallan realizada a escala 1:2000. En estos planos se han señalado los conjuntos y yacimientos y aquellas zonas de interés arqueológico. Se observa de la lectura de los planos de ubicación de yacimientos y zonas de interés arqueológico del casco urbano que existen bastantes áreas con presencia de restos arqueológicos.
4) Sector Barranco de Silva.
Sector que abarca fundamentalmente cuevas excavadas en todas y en el que se han localizado un centro de gran interés como es el “Complejo Cultural de Jerez”, cubriendo una extensa zona del Barranco de Silva.
En este sector encontraremos los complejos, conjuntos y/o yacimientos de Lomo Melosal, Calasio, Montaña del Gallego, Complejo cultural de Jerez (con los conjuntos de almogarén de Jerez I y II); Montaña de las Huesas y Montaña de Cuatro Puertas.
Sin tener una presión demográfica tan fuerte como en los sectores de Costa o Ciudad de Telde, por el contrario sí soportan los efectos de la especulación y expansión industrial del término municipal que afectan directamente varios complejos, conjuntos y yacimientos, como ocurre con el conjunto arqueológico de las Cuevas de Calasio, Montaña de las Huesas o Complejo cultural de Jurez, con la presencia de vertederos clandestinos o terrazas de cultivos que cubren o invaden las zonas de un interés arqueológico, sin olvidar la reutilización que se hace de las cuevas aborígenes como rediles para la guarda de ganado.
Gran parte de la superficie que abarca el sector del Barranco de Silva se halla incluido el Plan Especial de Protección de Los Espacios Naturales, considerando las particulares condiciones geomorfológicas, botánicas, paisajísticas y arqueológicas que concurren en este sector.
5) Sector Barranco del Draguillo.
Sector integrado por los conjuntos de Cuevas del Draguillo, Montaña de Juan Tello, Montaña del Risco de la Audiencia y Cuevas del Barranco del Casquete, muestra una singular importancia natural por hallarse enclavado dentro de una alineación de volcanes ligado al campo de volcanes de Rosiana, con la presencia de flora relictual en lugares determinados de su cuenca.
Todos los conjuntos integrados en el complejo del Draguillo (Cuevas del Draguillo, Juan Tello y Montaña del Risco de La Audiencia) aparecen recogidos en el Plan General de Ordenación Urbana de Telde y catalogados como Espacios de Protección Cultural, así como en el Plan Especial de Protección de Espacios Naturales.
Al igual que ocurre en otras zonas del término municipal teldense y allí donde existen cuevas excavadas, en el Barranco del Draguillo se detecta la sobreutilización de conjuntos arqueológicos como rediles de ganado, tanto en la margen izquierdo; jurisdicción de Telde, como en la derecha, jurisdicción de Ingenio que afectan alterando su estado original, dichos complejos , conjuntos y/o yacimientos.
6) Medianías y Cumbres.
Comprende este sector los complejos, conjuntos y yacimientos arqueológicos de la Cuenca media y alta de Barranco de Telde con sus afluentes, destacando de entre ellos la Montaña de Las Palmas y la zona de Lomo Magullo-Las Breñas.
En este sector la densidad de yacimientos arqueológicos localizados han sido mucho menor en comparación con otros sectores del municipio. Sin embargo, en estos conjuntos se detectan un alto interés etnográfico, bien sea por las antiquísimas tradiciones artesanales que se mantienen vivas en algunas de estas localidades, o bien porque algunas de estas localidades están construidas en su mayor parte por cuevas de posible origen prehistórico, como sucede con las cuevas de Lomo Magullo, reutilizadas en algunos casos e íntimamente ligadas a las actividades que desarrollan las poblaciones que habitan estos sectores del término municipal de Telde.

Conclusiones.
La redacción del presente documento, Carta Arqueológica del T.M. de Telde, ha corroborado la presencia de una extraordinaria riqueza arqueológica en el ámbito del T.M. Asimismo, se han detectado que el Patrimonio Arqueológico presenta un alarmante estado de deterioro que requiere medidas globales y puntuales de protección, conservación y , en determinados casos, de restauración. Razón por la que desde este documento se aportan los datos técnicos para que la Viceconsejería de Cultura y Deportes de Gobierno de Canarias incoe expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural ( Zona Arqueológica) para todos los bienes inmuebles catalogados citado y que aún no tengan tal consideración.
En este sentido es conveniente destacar que en el T.M., existen expectativas urbanísticas que transformarán el territorio, por lo cual, atendiendo a la presencia de yacimientos, en algunos casos no constatados por el P.G.O.U., es necesario que se extremen las medidas a la hora de ejecutar los proyectos de manera que no se produzcan agresiones sobre el Patrimonio Cultural.
En aras de un mayor viabilidad protectiva, sería deseable incorporar el Catálogo de Bienes Arqueológicos inmuebles a las figuras de planeamiento que a escala municipal e insular se promuevan en el futuro, así como aquellas revisiones o modificaciones que en el instrumento del planeamiento vigente se realizaren.
Desde el punto de vista de la ciencia arqueológica y prehistórica este yacimiento presenta un extraordinario interés, no solo de alto grado de interés tecnológico observado en numerosas construcciones de piedra seca y en el labrado de cuevas artificiales, sino también por la existencia de una serie de elementos inmuebles de especial relevancia dentor del conjunto del Patrimonio Arqueológico de Canarias. Por solo mencionar algunos casos, recordemos la cueva pintada de Malpaso, el conjunto troglodita de Jerez, con su almogarén y grabados, el complejo arqueológico del Draguillo, el conjunto arqueológico de Cuatro Puertas, etc.,etc. Desde el punto de vista de la protección y conservación de este importante Patrimonio Culturas, debemos de recordar que únicamente se han producido actuaciones protectoras referidas a declaraciones de Monumentos Históricos Artísticos a favor de Tufia y Cuatro Puertas,y , posteriormente, la incoación de B.I.C. (Zona Arqueológica) para las Huesas, Barranco de Silva y La Restinga, y al vallado de Cuatro Puertas y Tufia.
Hasta tiempos bien recientes, y esta es como decíamos anteriormente una de las líneas claves de la política protección de la Administración Autonómica, los cierres de yacimientos, sin más , han sido la forma de defender el Patrimonio Arqueológico; por ello, la Dirección General de Cultura ha programado la realización de estudios que busquen fórmulas más dinámicas para lograr mayor eficacia en la protección.
Además, el presente documento pretende, según se pretende en la actual Ley de Patrimonio, servir de punto de partida a las acciones interadministrativas imprescindible para una política de protección, conservación y restauración acorde a las aspiraciones culturales de nuestra sociedad. En este sentido, es de especial importancia que la administración municipal cuente con un ejemplo de la carta arqueológica que le permita conocer de la situación, problemáticas y perspectivas de cada uno de los complejos, conjuntos y yacimientos arqueológicos que han sido catalogados.
Las responsabilidades de las administraciones para con la protección del patrimonio arqueológico deben concretarse en todos aquellos documentos que tengan incidencia en las políticas específica de protección, y en aquellas acciones de la administración que tengan incidencia, más o menos directa, en la conservación de yacimientos arqueológicos.

Además, considerando que en este documento solicita a la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias la incoación de expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural para todos los yacimientos arqueológicos y terrenos que aparecen definidos y delimitados, es fundamental poner en marcha todos los mecanismo que desde la legislación urbanística se complementen con el desarrollo de la protección del patrimonio.